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la boca
artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

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Inicio > Historias > No me canséis, por favor (elegía a la divulgación)
2023-08-07
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No me canséis, por favor (elegía a la divulgación)
2023-08-07

Esto va a ser una homilía de lunes, por aquello de que estoy de vacaciones en mi columna del periódico y así puedo escribir de otras cosas y con menos restricciones de espacio. Iba a ser un simple toot en Mastodon, pero no me cabe. Así que ahí va...

De verdad que intento mantener la atención viendo un vídeo en youtube de divulgador medianamente espídico y exageradamente verboso contándome algo, sea un presunto hallazgo sobre superconductividad en condiciones normales, militares viendo extraterrestres y conspiraciones o tantas otras cosas. Me pasa siempre lo mismo: en unos pocos minutos acelero el reproductor porque ni me da la vida para tanto tiempo y además la densidad de información suele ser escasa (comparada con un texto bien estructurado: soy boomer y me reivindico, queridas).

Pero escuchar a alguien a 1,25x o a 1,5x no mejora, porque van pasando los minutos y descubres por la barra de reproducción que aún queda meda hora o a veces más y todo se compone de lugares comunes, información ya escrita hace mil años, comentarios simples aunque llamativos y mucha mucha gana de lucir palmito mirando a la cámara como si pretendieran hipnotizarnos. A eso le añadimos efectos de pantalla de esos odiosos (soy boomer, ya lo dije, y la televisión de Valerio Lazarov tuvo su gracia a finales de los años 70: no necesito insertos ni zooms ni efectos sobreimpresionados para darme cuenta de que algo sea interesante. No lo es, además).

Total que acabo por largarme. A veces uso herramientas de transcripción de los textos para recorrer en diagonal el discurso y confirmar que tampoco han dicho nada que no estuviera ya escrito. Además tampoco me convencen de que sean ellos más relevantes que los otros miles de personajes que en ese mismo momento están haciendo sus vídeos igualmente poco relevantes. Más aún, ese adanismo de los influencers, esa necesidad de venderte cualquier cosa como si ellos fueran los primeros en la historia humana en darse cuenta de algo o en contarlo me estomaga. Un poco de cultura, queridos, de verdad... (vale, soy boomer, pero si seguís pensando que todos mis argumentos se explican en que ya he pasado de los 60 años, hacéroslo mirar, bonitos, porque igual resulta que sois incapaces de reconocer que el mundo existía antes de que abrierais vuestro canal de youtube).

No digo que no haya cosas chulas y trabajos notables de síntesis y contexto de las novedades científicas y sociales. Tengo en mi menú semanal de visita al Tubo varios canales en los que el contenido, las maneras y el trabajo de los guiones añade elegancia y sube el nivel de calidad. Aunque no me guste el formato, merecen la pena. Qué le vamos a hacer: así son los tiempos y así son las formas que han decidido que se deben hacer estas filigranas. Pero cansa: igual que fue una novedad refrescante en la tele incorporar a la cámara, todos alabamos cómo funcionó en The Office, pero luego llegaron otras quinientas series copiando el formato, hasta la saciedad. Es cierto que esto permite encontrar ejemplos divinos, aunque muchas otras veces resulta odioso y además marca a las claras que lo que se quieren es apuntarse al carro del éxito fácil. No son por lo tanto formatos innovadores, aunque los pioneros lo fueran y revolucionaran el asunto.

Por eso me aburre después de 10 años seguir viendo las mismas artes penosas en los vídeos estos. Y me hace desear que sus autores decidan finalmente un día escribirlo y presentarlo sin el componente audiovisual que, reconozcámoslo, en un gran porcentaje de los vídeos es totalmente prescindible. La tiranía de la imagen es algo contra lo que una persona que ame la divulgación ha de luchar constantemente, en mi humilde opinión. El que gran parte de esos vídeos de tanto éxito se puedan escuchar a más velocidad y sin atender a las imágenes (que es lo que hago muchas veces: ponerlo en la pantalla de atrás y seguir navegando viendo otras cosas) debería hacerles pensar que igual no hacía falta tanta memez y tanto lucir el palmito.

En fin, mi homilía acaba aquí porque tampoco quiero aburrir demasiado. No he mencionado a las personas que esta mañana me han hecho ponerme a escribir, pero tampoco a los ejemplos virtuosos que sigo, así que todo queda en tablas.

Que tengan un buen día por las redes.

2023-08-07 10:07 Enlace

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