Inicio >
Historias > Juegos De Verano (2016)
2016-07-21
)
Lo comentaba por FB a partir de una foto en instagram:
La muchachada, ciertamente, paseaba en torno al kiosco de la Plaza del Castillo, porque ahí hay un gimnasio del juego #PokémonGO. En él uno puede entrenar sus pokémon en la lucha (esencialmente se trata de deslizar el dedo frenéticamente sobre la pantalla del móvil con cierta mañana y artes, que es de lo que se trata). Para ello tienes que estar a poca distancia del sitio físico, el del MundoReal (TM) en el que han colocado en el plano virtual del juego este gimnasio. Y si eres del mismo equipo puedes entrenarte, o bien plantear guerra si tienes ganas de ganar la plaza. Ayer el kiosco de la Plaza del Castillo cambió varias veces de dueño. Sin duda un gimnasio tan céntrico es además algo preciado por el fácil acceso y porque permite que grupos de jugadores actúen de forma coordinada.
La imagen era en cualquier caso curiosa. La edad, joven, entre unos 16 y unos 25 a lo más, marcaba bien generacionalmente el tema. Aunque algunos pocos (como yo mismo) subíamos la media de edad.
Estaba de paseo por el centro con
@yojosemere que no paraba de cazar bichos invisibles en la realidad aumentada por las calles, y según andábamos por el centro descubríamos cómo la ciudad de Pamplona se ha recreado con el juego de éxito, al colocar en la geografía urbana los gimnasios o las "poképaradas" (pokéstops en inglés) que proporcionan a los jugadores que se acercan la posibilidad de obtener regalos: las bolas con que cazar bichos, pociones y otras cosillas.
Por ejemplo, el seminario diocesano de Eusa es un gimnasio de #PokemonGO
O el mismo Planetario es una pokeparada:
Iglesias y algunos edificios públicos, esculturas, fuentes, algún detalle de alguna fachada o graffitis, se han convertido así en parte del juego. A veces con divertidas erratas (hay una tal "Gracia Ramírez" al final del paseo de Sarasate. Eso, claro, y los monstruillos que van apareciendo por la ciudad para deleite de quienes, y se nota estos días al andar por la calle, van jugando mientras caminan.
En la Taconera había aún más actividad de grupillos adolescentes. Cerca del café vienés hay dos #pokeparadas y a eso de las 9 todavía estaba lleno de gente (a partir de esa hora los servidores empiezan a dar problemas y te dejan colgado en plena caza del pokémon, así que casi resulta mejor apagar el móvil hasta que pase la vorágine...). Pero ahí estaban ocupando los bancos, cada grupillo a lo suyo, comentando jugadas y pasándose información también por las redes sociales de lo que iban pillando. Habían echado unas pociones en ese sitio para atraer bichos (nada físico, espero que el lector me entienda) y ahí se dedicaban a cazar murciélagos virtuales y demás criaturillas del mundo Pokémon.
En un cierto momento, posiblemente alguien les había chivado que algún pokémon más raro o preciado (los hay, a cientos) habia aparecido, se produjo un movimiento de algunos de los jóvenes, móvil en mano, yendo para el Bosquecillo... Estuvimos a punto de seguirles, sin saber a dónde ni por qué...
Un apunte de sociología barata: entre los jugadores que paseaban junto a Hilarión Eslava había muy pocos solitarios. La chavalada tiene el juego como parte de su repertorio de actividades de grupo. No es nuevo: como ya pasaba antes, el fenómeno de los juegos es muy social, muy grupal (esto para los habituales sociólogos de 20 duros que llorarán de nuevo diciendo que las redes nos aíslan de un mundo real etcétera etcétera). Lo que incorpora #PokemonGO (aunque tampoco es la primera vez, sí la que más intensamente ha calado) es que para jugar hay que ir fuera, y moverse por ahí...
Otro apunte pseudosociológico: En la Plaza de San Francisco, sin embargo, los chavales, con mayor mezcla de edad y con más riqueza étnica, jugaban al fútbol. Los menos ricos, ya se sabe, a falta de juegos en el móvil y en red, siguen con los juegos clásicos.
2016-07-21 09:08 Enlace
Referencias (TrackBacks)
URL de trackback de esta historia http://javarm.blogalia.com//trackbacks/76430
Comentarios
1
|
De: Anónimo |
Fecha: 2016-07-21 13:25 |
|
Leo por ahí la alarmante noticia de que un joven estadounidense ha sido condenado a un año de prisión y al pago de 150.000 euros por haber lanzado en sanfermines un puñetazo a quien estaba abusando de su novia. El abusador, al caer, merced a lo imponderable, se lesionó.
Estoy buscando una dirección de correo donde reclamar una urgente invasión estadounidense de Pamplona.
|
3
|
|
Ahora la realidad también se ha vuelto ficción.
|
portada | subir