ves esta página sin formato por que esta hecha cumpliendo el estándar web CSS 2.
tú navegador no soporta este estándar, o tienes dicho soporte desactivado.
si estas en el primer caso, actualízate. merece mucho la pena.

la boca
artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

Blogalia
FeedBurner

Mastodon
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

Para contactar con el autor:

Archivos
desde el 24 de enero de 2002

<Diciembre 2024
Lu Ma Mi Ju Vi Sa Do
            1
2 3 4 5 6 7 8
9 10 11 12 13 14 15
16 17 18 19 20 21 22
23 24 25 26 27 28 29
30 31          


Blogalia

Inicio > Historias > Cosas De Niños
2003-03-26
)

Cosas De Niños
2003-03-26


Publicado en El Correo, Territorios, Ciencia/Futuro, miércoles 26 de marzo de 2003

En el invierno de 1982-1983, un fenómeno meteorológico que ocurría en las superficie del Océano Pacífico empezó a ser conocido por todo el mundo. Se trataba de "El Niño": en diciembre de 1982 se comprobó que las aguas oceánicas cerca de la costa de Perú estaban a cuatro grados más de temperatura que lo normal. Esto provocó, entre otras cosas, intensas lluvias torrenciales en la franja desértica continental de ese país, al igual que la casi completa desaparición de los bancos pesqueros. El fenómeno tenía su reflejo en el hemisferio norte: ese año abundaron las riadas e inundaciones en el sur de Californa.

Parecía que el clima se había vuelto loco: al otro lado del Pacífico, en Borneo, la sequía provocó incendios que arrasaron más de tres millones de hectáreas de bosque tropical, causando la muerte de 2.000 personas. Y en Australia, los agricultores perdieron casi tres mil millones de euros por culpa de la sequía que echó a perder las cosechas de cereal. De forma indirecta, porque en unos sitios las lluvias causaron destrozos y en otros la sequía hizo de las suyas, porque en algunas zonas la pesca desapareció, y en otras aumentaron los mosquitos y con ello las enfermedades infecciosas, se estima que las pérdidas asociadas a ese Niño fueron en los países costeros del Pacífico superiores a los 20.000 millones de euros.

Posteriormente se ha comprobado que el efecto no sólo se queda en esa zona del mundo, sino que hay una perturbación global cuyos efectos se pueden medir también en África o Europa. A lo largo de los años, se ha comprobado que El Niño es una perturbación periódica del clima de todo nuestro planeta, con su origen en el Pacífico, la mayor masa de agua de la Tierra. Es conocido desde muy antiguo, pues incluso las crónicas de los conquistadores españoles hablaban, en el siglo XVI, de años de lluvias torrenciales en Perú. Pero el nombre se origina a finales del XIX, cuando los pescadores se refieren al "Niño" por desaparecer la pesca en torno a la Navidad). En la actualidad, junto con El Niño se considera un fenómeno relacionado que tiene lugar en latitudes más meridionales, conocida como Oscilación Sur, y que corresponde a una alteración cíclica de la presión de las capas bajas de la atmósfera, entre Darwin (Australia) y Tahití. Los meteorólogos se refieren a estas variaciones del océano y la atmósfera como ENSO ("El Niño - Southern Oscillation").

El Niño aparece con una periocidad de entre cuatro y siete años, y viene a durar entre un año y año y medio. El periodo es complejo, y puede pasar que un año después se produzca una disminución anómala de la temperatura de la superficie del mar, conocida como "El Viejo" o, más comúnmente, "La Niña". Entre el centro del Pacífico y el extremo este, los vientos dominantes disminuyen durante El Niño, y aumentan con La Niña, por lo que el estudio de la atmósfera es fundamental. Los expertos también analizan con detalle las condiciones del océano, no solamente la temperatura, sino la salinidad o el propio nivel del mar (durante la fase de El Niño suele llegar a ser medio metro menor en el ecuador). Se siguen analizando las complejas implicaciones que tiene en todas las escalas del clima terrestre.

Además, no siempre es igual. No se puede predecir si habrá o no El Niño con menos de medio año de antelación, tampoco se sabe a priori si resultará extremo (con mayores calentamientos y, por lo tanto, mayores efectos) o no, o cuál será su duración. De ahí la necesidad de analizar continuamente, e intentar establecer parámetros que permitan una predicción a más largo plazo que permita prevenir sus a veces terribles resultados.

Ahora nos encontramos en plena fase final de uno de estos periodos cálidos. El anterior fue en 1987-88, mucho más intenso que éste. Los datos del Centro de Predicción del Clima estadounidense indican que la anomalía en temperatura es ya de sólo grado y medio, y que continuará disminuyendo. Pero no se sabe aún si para finales de año se pasará a una fase de normalidad o vendrá La Niña. Diariamente, gracias a los datos de satélites meteorológicos y estaciones marinas, se conoce la evolución de las muchas variables que parecen estar implicadas, con una resolución de 50 km. Los boletines semanales permiten seguir con detalle la evolución de las diferentes fases de ENSO.

En condiciones normales, los vientos soplan de Este a Oeste desde las costas americanas hacia Australia, pero de vez en cuando los vientos disminuyen y llegan a pararse. Es el viento el que permite al océano refrigerarse, de manera que si no hay viento, el agua superficial aumenta de temperatura. En condiciones normales, el agua caliente del Pacífico se acumula cerca de Australia, pero si el viento para, o se invierte, la zona cálida llega a la costa de América del Sur. ¿Por qué se produce este cambio en los vientos de una región tan amplia? Lo cierto es que nadie lo sabe.

La situación es además más complicada: este El Niño de 2002-3 es menos intenso que el anterior y, así, los efectos en América están siendo menores, con menos lluvias en la zona de Ecuador y Perú. Pero las sequías de Australia no lo están siendo, y se han complicado con la aparición de numerosos incendios que están devastando amplias zonas del continente. Tampoco el efecto que otras veces se produce de inviernos cálidos en la costa Este de los Estados Unidos se ha producido esta vez. De manera que incluso con pequeñas variaciones de temperatura los efectos pueden ser grandes. O al menos extraños.

Se estima que, además de ENSO hay otras variaciones cuasicíclicas. Cada veinte o treinta años, se repiten en el Pacífico patrones similares de temperatura de la superficie (y también a baja profundidad). Esta oscilación se conoce con el nombre de PDO (Oscilación Decádica del Pacífico), y afecta no sólo a las zonas cercanas al Ecuador (donde la insolación es mayor y por lo tanto el sistema climático dispone de más energía para producir variaciones) sino a todo el conjunto del Océano, la masa de agua mayor de nuestro planeta. Parece ser que ENSO y PDO interfieren, aunque aún no se conoce de qué manera. ¿Cosas de niños?

Una Cuestión Global
El efecto de El Niño (o ENSO, en general) se extiende hacia el Atlántico, principalmente a través del Caribe y las corrientes marinas que recorren la costa este norteamericana y a través de la zona ecuatorial y tropical hasta África. Pero, aparte de ENSO, existe también una variación climática importante en el Atlántico, denominada NAO (Oscilación Atlántica Norte) y que consiste en una variación de la presión atmosférica entre las zonas polares y subtropicales del Atlántico. Su efecto es mayor entre Noviembre y Abril, y dependiendo de su estado, las tormentas que llegan desde Norteamérica hacia Europa son más o menos intensas. Se ha comprobado que aunque NAO lleva sus propios ciclos, y depende (y afecta a la vez) a las propias corrientes del Océano Atlántico, se producen interacciones con ENSO, volviendo todo el sistema aún más complejo. Los climatólogos están encontrando además sistemas de variaciones en otros lugares, también independientes, pero que interactúan con los anteriores, como la TAV (Variabilidad del Atlántico Tropical) y sistemas de circulación del aire más meridionales en el Atlántico Sur.

¿Se llegará un día a comprender todo este galimatías? Los expertos creen que disponiendo cada vez, como se dispone, de más datos y de mejor resolución (espacial y temporal) podrán establecerse mejor las variaciones que se producen, resultado de la interacción de la energía que nos llega del Sol con el sistema océano-atmósfera, en constante movimiento.

Enclace a la página de El Niño en l NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration, EEUU)



2003-03-26 20:57 Enlace

Referencias (TrackBacks)

URL de trackback de esta historia http://javarm.blogalia.com//trackbacks/6498

Comentarios

1
De: SadAngel Fecha: 2003-03-28 06:40

he llegado hasta akí pq. en el anterior post hacías referencia a el caso de John Lawrence y Tyron Garner... lo he bsucado en el google y me ha traído hasta akí :) bueno, estoy mirando la resolución... pero por lo visto se va a tener que esperar ma´s... puesto que se están planteando la ley... debido a quees una ley que tiene más de 200 años de historia... en fin... imagina!!! saludos. http://www.sad-angel.tk



2
De: rvr Fecha: 2003-03-28 07:16

Hola SadAngel. La página de comentarios de la historia sobre John y Tyron es esta (por si quieres comentarlo allí en lugar de en esta historia sobre El Niño ;)



portada | subir