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la boca
artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

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Inicio > Historias > Rock & Vatican (Crónicas del Quetzal'2008 #003)
2008-06-25
)

Rock & Vatican (Crónicas del Quetzal'2008 #003)
2008-06-25

Recorro el centro de Panamá rápidamente, porque salgo pitando para Chicago y no hay tiempo de casi nada. Justo de detenerme un momento en una esquina, ahora más bien rodeada de rascacielos, donde hay un sencillo chalet de dos plantas, casi oculto por un árbol enorme. No es la primera vez que veo esa casa, entornada por un muro no demasiado alto recién repintado de blanco. Adriano, el chófer que me lleva, comenta lacónico: "Meto... ahí le tuvieron al General, la Nunciatura..."

Adriano es chiricano, que meten el meto para todo. Lleva un taxi privado, además, y en la parte trasera luce con orgullo un escudo del Real Madrid y una foto de Noriega, el General Noriega. Noriega sigue encarcelado en Miami, aunque deberían haberle sacado ya, pero es dudoso, me confirma Adriano, que lo hagan mientras están los Bush en la Casablanca. Leo que en agosto del año pasado se habló ya de esa salida de Miami, al menos para ir a Francia a ser juzgado por blanqueo de dinero.

- ¿Y con Obama?

- Meto... ¿lo ve de presidente?

Lo mismo acaba también en una nunciatura, mientras desde fuera los yankees colocan centenares de miles de vatios de potencia sonido con los éxitos de la Quinta Estación. Un poner, algo parecido a lo que hizo el General Maxwell Thurman con Noriega (usando músicas infantiles y rocanrol, pobre Noriega, melómano y cultivado). El presidente Manuel Antonio Noriega se había refugiado la nochebuena del 89 en la nunciatura, pidiendo asilo. A por él iban, con todo el apoyo y el peso de los EEUU que le habían querido tanto. La historia de siempre, una vez más. Ahora convertido en dictador y fantoche ante el mundo, y protegido sin quererlo por Monseñor Gamboa, la mañana de navidad de ese año Noriega comenzó a ser atacado con una "sound barrier" que envolvió ese chalet un tanto macilento que contemplo ahora.

Aquí he visto unas fotos de los altavoces que fueron colocando:



Como ando con poco tiempo, no podemos pararnos demasiado en esa esquina. Sé que Noriega recibe correo, y que por Internet su causa sigue viva. No solo: como Adriano, he visto muchos otras fotos de Noriega en los carros. Y escudos del Madrid y del Barça, además de la iconografía sorprendente y molona de los Diablos Rojos, las chivas que nos han llevado por ahí -y que cada día transportan a la gente en esta ciudad- y de las que hablaré otro día, y pondré unas fotos.

Tampoco tengo tiempo de hablar del tema de la música como instrumento de tortura. A los secuestrados de Guantánamo también les machacan con rock. Lo hicieron en Abu Graib, también y no es nada nuevo. A los niños de hace unos años les ponían Xuxa y Teticia Sabater. Y uno no puede dejar de acordarse del general Jack D. Ripper (de verdad, que se llamaba así jajaa) de ¿Teléfono Rojo? volamos hacia Moscú de Kubrick... Un interesante ensayo sobre el tema, escrito por Suzanne G. Cusick: "La música como tortura / La música como arma"

Nota:
En efecto, esta es realmente la tercera crónica panameña, pasa que la segunda se publicó originalmente en otro medio. Y, de hecho, antes que esta había otra crónica también ya escrita, que de todas formas será la cuarta porque no sale publicada en papel en el Diario de Noticias hasta mañana. Les dejo con la segunda.

Crónicas del Quetzal'2008 #002:
"Desde Panamá", en naturaBlog de ElMundo.es el pasado martes:
Les confieso que no voy a contar nada que Ana Bravo no les haya contado ya en el especial que elmundo.es dedica a la Ruta Quetzal BBVA de este año, recorriendo ríos de cocodrilos y canales impresionantes en Panamá. Ana va desgranando en su diario/blog las historias que vamos viviendo cada día.

Que son muchas, porque tenemos un programa muy apretado y los temas parece que se nos agolpan encima cada hora que pasa. Quienes vivimos esta experiencia desde la edad adulta tenemos ya demasiados prejuicios acerca de lo que es una aventura, de manera que fácilmente podemos sostener una mirada excesivamente irónica a muchas de las que nos suceden.

Los trescientos y pico expedicionarios, sin embargo, tienen la suerte de enfrentarse a este viaje sin demasiados prejuicios. O al menos, sólo con la herencia que traen desde casa, ese hogar que muchos de ellos deja por vez primera.

Tengo la suerte desde hace 13 años de poder compartir estos viajes americanos y españoles, con la excusa de mirar el cielo y hablar de la forma en que lo han mirado tantas culturas diferentes a ambos lados del Atlántico.

Y contar cómo, además, fue el conocimiento del cielo el que propició hace más de cinco siglos que los europeos se atrevieran a surcar los mares; cómo, ya hoy, ese estudio del cosmos nos permite tener una visión de lo que somos en una dimensión científica que nunca antes había sido posible. Pero la astronomía sólo es uno de los muchos ingredientes que componen esta ruta.

Por ejemplo, ayer estábamos en la Ciudad del Saber, un lugar de ciencia, tecnología e innovación que ocupó el que antes fuera el mayor cuartel estadounidense del Canal.

La visión del sociólogo Jorge Arosemena creó esta fundación en la que ahora cuarenta organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales de cooperación y desarrollo, universidades y empresas ocupan diariamente a más de 5.000 personas. La transformación que el país está sufriendo tras la devolución del Canal a la soberanía panameña tiene en esta ciudad uno de sus máximos exponentes: informática, tecnologías espaciales, ciencias biomédicas... habitan en esta ciudad con bastante fuerza, mostrando sobre todo que en este istmo de las Américas puede aprovecharse la nueva riqueza para un desarrollo más justo. O eso afirman, claro...

Al lado de esa ciudad está uno de los sistemas de esclusas del Canal de Panamá, las de Miraflores. Allí los barcos descienden desde el lago Miraflores los 16,8 metros que les separan del nivel del Pacífico.

Llegan a Miraflores (los barcos que pasan del Atlántico al Pacífico) tras haber subido primero las esclusas de Gatún, que les elevaron desde el Caribe para atravesar el lago Gatún, que es la masa de agua artificial más grande del mundo y que crea una cuenca hidrográfica que sirve para alimentar precisamente el canal. La esclusa que cierra el lago Gatún camino del Pacífico son las de Pedro Miguel, que bajan 9,4 metros al lago Miraflores.

(Por cierto, uno puede ver las webcam que cubren el Canal en este enlace de la Autoridad del Canal de Panamá) En Miraflores, cada vez que un barco baja o sube, se lanzan 100 millones de litros de agua dulce al mar. Lo mismo sucede en Gatún. Es decir, que un barco consume 200 millones de litros de agua dulce. Haciendo cuentas, el 58% del agua que recoge la cuenca hidrográfica del Canal se emplea para las esclusas.

No es raro que numerosos proyectos estén monitorizando continuamente la calidad de las aguas del lago, y del bosque tropical húmedo de estas cuencas, que es el seguro de que el canal podrá seguir operativo en el futuro, y más con una ampliación que permitirá un tráfico aún mayor. La Ruta va a seguir estos días los caminos que antes de que el Canal se hiciera a principios del siglo XX fueron el recorrido necesario para unir España con las colonias de Suramérica. Este istmo de 70 km de anchura, que nació hace algo más de tres millones y medio de años, es parte de la historia humana.

Todo esto lo contaron, por ejemplo, en los primeros días en Panamá, los responsables de varios proyectos de estudio y análisis de la biodiversidad, que se van a plasmar de forma impactante en el Museo de la Biodiversidad que la Fundación Amador construye en la salida del canal al Pacífico, antes también parte de la zona de soberanía estadounidense.

Se trata de uno de esos proyectos que, posiblemente porque no nos atrevemos a ser críticos ante las genialidades, denominamos "emblemáticos", salido del taller de Frank Gehry. Será, cuando se estrene dentro de dos años (si no se siguen incumpliendo los plazos), un lugar que sin duda merecerá una visita.

Como el museo del Canal, sin duda, o como la misma ciudad antigua de Panamá, que con un poco de suerte se salvará de la especulación inmobiliaria que ha transformado la moderna ciudad de Panamá, convirtiéndola en un ridículo racimo de rascacielos.

Los chavales de cincuenta y seis países que participan en la Ruta Quetzal BBVA están siendo constantemente bombardeados por estas realidades, por cifras y datos de un país del que casi nada conocían.

Pero además de todo ello, o en medio de todo ello, está la convivencia, el descubrir una realidad hispanoamericana en sus compañeros y ya amigos. Eso es algo que marca, y nos marca también a los adultos que vamos. Alguien debería algún día reconocer la visión de Miguel de la Quadra Salcedo al iniciar hace más de 20 años este proyecto en el que han participado ya más de 8.000 jóvenes.

2008-06-25 19:52 Enlace

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Comentarios

1
De: Render Fecha: 2008-06-29 13:52

Pues por mi como si el bastardo de Noriega revienta lenta y dolorosamente, igual que toda la familia Bush.

Lo único que siento es no poder estar para disfrutarlo con una cerveza y unas palomitas, pero ya me reiré cuando lo lea en los periódicos.



2
De: Gorgorito Fecha: 2008-06-30 23:20

Tal y como lo cuentas, parece que Noriega se volvió loco, o algo por el estilo, y le dió por irse a bailar bakalao al chalet de los curas.

Qué pena que la Ruta Quetzal no lleve a un politólogo para explicar la verdadera historia de esas calles panameñas. Noriega no era sólo un dictador muy malo malísimo a quien en día le dió por refugiarse en la nunciatura.

Noriega era un militar mediocre y trepa a quien la CIA convirtió en su hombre en Panamá, y tras acumular poder y dinero de forma inconfesable (como suelen hacer estos profesionales), decidió independizarse

A Estados Unidos no le gustó la iniciativa (otro ahijado que les salía rana, como Bin Laden: una cosa es matar, torturar y traficar sirviendo a la causa de General Motors, y otra que te lo montes solo y pases de quien te ha puesto al mando), y después de varios avisos, mandó las fragatas para allá.

Fragatas, tanques, soldados y altavoces para arreglar el desaguisado. Al final, sus santidades, con los tímpanos machacaos, entregaron al proscrito. Que una cosa es dar refugio al perseguido y otra que te corten la línea de crédito en Washington.



3
De: ElPez Fecha: 2008-07-01 01:33

No solamente eso, Gorgorito: la escuela de Torrijos, las barbaridades de la presunta lucha contra el narcotráfico del Gral. Thurman al mandado de Bush Padre... una historia tropical con ribetes de realismo mágico (incluyendo afrocaribeños rituales y demás, qué menos) que quizá algún día podría contar Vargas Llosa, si se atreviera. En fin.



4
De: Gorgorito Fecha: 2008-07-01 02:31

'La fiesta del Chivo' es un libro tan redondo, que da rabia que lo haya escrito un tío tan facha como Vargas Llosa. Es genial. Y no sé si Noriega daría para algo tan sublime.

Y eso que Panamá tiene historia (e historias) para rato. Qué envidia me das al imaginarte paseando por allí.



5
De: ElPez Fecha: 2008-07-01 02:43

En ese libro pensaba Don Gorgorito, precisamente. Y a mí también me jode que el autor sea así como es... recuerdo -lo mismo lo conté por aquí hace años, vete a saber- haber releído "La fiesta del Chivo" en una visita a Santo Domingo que, bueno, de repente se convertía en un viaje por la historia del oprobio. En Panamá me ha faltado un libro así. Y seguro que algo haym, conste. He encontrado una estupenda novela de la época del Canal y la independencia panameña de Colombia, con la que consolar que el dictadorcillo no tuvo quien le escribiera: "Con ardientes fulgores de gloria", de Jorge Thomas. El título es un verso del empalagoso himno nacional. Altamente recomendable, aunque de eso iba a hablar en otro apunte panameño... en cuanto tenga algo de tiempo



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