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Historias > Asesinos En Marte (Segunda Parte)
2007-01-11
)
Esta historia es la continuación de
Asesinos En Marte (Hace 30 Años).
Dejábamos ayer la historia tras la descripción de los cuatro experimentos biológicos que realizaron las Viking en Marte entre 1976 y 1977. El sistema del cromatógrafo de gases con espectrómetro de masas no proporcionó datos de compuestos orgánicos, salvo algo que se consideró contaminación desde la Tierra. Realmente, en el suelo marciano no se encontraron compuestos orgánicos. Ya entonces se levantaron algunas críticas, entre ellas las del Dr. Gilbert Levin (de quien hablaremos más en un momentito), porque la sensibilidad de este experimento era muy baja, y si hubieran existido pocas colonias bacterianas, por ejemplo, habrían pasado desapercibidas. En concreto, Levin decía que con 1 millón de bacterias por gramo de suelo marciano, no se habría obtenido suficiente cantidad de materia orgánica para ser detectada con la resolución del sistema. A pesar de esta, y otras, críticas, sin embargo, se consideró que la prueba era lo bastante importante como para no tener en cuenta esa ausencia "medible" de materia orgánica en las muestras de suelo marciano.
¿Por qué era eso importante? Porque los resultados del experimento LR parecían consistentes en principio con una actividad biológica... un tanto extraña. En la muestra de suelo marciano dopada con agua y nutrientes se detectó, en efecto, liberación de CO2. Cuando se calentó y vaporizó la muestra, sin embargo, no apareció nada. Se repitió el experimento, dejando más tiempo para ver si la liberación de CO2 continuaba, y se comprobó que la actividad decaía. O había algo vivo y se moría al cabo de un tiempo, o realmente había otro fenómeno funcionando. En alguna de las muestras que dieron positivo en el experimento inicial (no fue en todas, el procedimiento fue complejo y repetido en diversas ocasiones), se volvió a inyectar agua con nutrientes, y no se encontró en ningún caso una reactivación del fenómeno.
La interpretación que se dio a los resultados, consistente con las mediciones de los demás experimentos, era que realmente lo que existía en esas muestras de suelo marciano era un componente muy oxidante, capaz de actuar sobre el agua que se añadía y provocar la liberación hidrógeno y oxígeno, que a su vez reaccionarían con los nutrientes produciendo el CO2 marcado. No había, por lo tanto, metabolismo, sino una reacción química abiótica. Eso era consistente con que con el tiempo el fenómeno desapareciera, y con que no se detectara materia orgánica. De hecho, el que la actividad de liberación de gases marcados se produjera tan rápido era, precisamente, uno de los factores más contrarios a que fuera un proceso biótico.
La historia es un poco más compleja, porque uno de los problemas es que las Viking no disponían de un modo de poder analizar qué agente oxidante era el responsable. La explicación habitual propone que ese agente se ha formado por la acción de la luz ultravioleta solar sobre algún compuesto del suelo marciano, en un proceso que podría involucrar la formación de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) en la atmósfera, que al caer al suelo atacaría el suelo creando compuestos oxidantes de diferente tipo, posiblemente similares a las arcillas terrestres... También es cierto que en la serie de experimentos que se realizó en la Tierra para poder establecer si ese aparente positivo se debía a un agente oxidante se consiguieron reproducir exactamente las mediciones marcianas. Quedaba -en opinión de algunos expertos queda aún- abierta la posibilida, aunque desde luego ese (o esos) agentes oxidantes marcianos podrían bien no existir en la Tierra simplemente porque aquí hay mucha humedad atmosférica -en comparación con la sequísima atmósfera marciana- y algo así simplemente reacciona y no es estable. En otros casos, algunos experimentos realizados con óxido de Titano dopado con agua oxigenada, reprodujeron en gran parte los resultados marcianos.
Muchos científicos lamentaron entonces, y posteriormente, que no se hubieran elegido otros experimentos que podrían haber evitado la controversia. Desde luego, con tecnologías actuales la cosa habría sido diferente, pero recordemos que estamos hablando de experimentos realizados hace 30 años, y diseñados varios años antes. El conocimiento posterior de Marte permitió entender que, en cualquier caso, era difícil pensar que la vida en la superficie de Marte fuera un fenómeno global: los gaianos apuntaron siempre que la atmósfera de Marte está en equilibrio químico y termodinámico, algo bastante incompatible con la presencia de vida a gran escala. La constatación de la importante irradiación ultravioleta, por otro lado, hacía impensable que la vida pudiera prosperar en la superficie. De ahí que posteriormente siempre se sugiriera que, de alguna forma, la vida podría estar bajo la superficie marciana, como lo estaría el agua (confirmada posteriormente, y recientemente más aún con los
últimos datos publicados de la MGS).
Volvamos a
Gilbert Levin, que era uno de los que habían diseñado el experimento LR. Posteriormente creó su empresa (
Spherix), desde donde ha seguido diciendo que realmente el experimento sí probó la existencia de vida en Marte. Ha sido uno de los principales impulsores desde entonces de que se debería analizar mejor -y de nuevo- el experimento en Marte. Mientras tanto se ha dedicado a viajar por todo el mundo y someter a todo tipo de extremófilos (por ejemplo, bacterias antárticas, que sobreviven a temperaturas muy bajas y una atmósfera libre de agua) a pruebas similares de LR, para ver si con alguno de ellos se reproducían los resultados. Curiosamente, uno de los principales expertos en el tema que siempre estuvo -hasta su muerte- contradiciendo los cada vez más exagerados posicionamientos de Levin era, precisamente, su anterior jefe en la misión Viking, Harold Klein, que apostaba por el fenómeno químico abiótico. En la web de
Spherix podemos encontrar gran parte del material producido por Levin durante estos treinta años.
Pero no ha sido el único en criticar la
versión oficial. A lo largo de todo este tiempo desde mediados de los 70, se han ido encontrando variedades de vida en la Tierra en condiciones que anteriormente se pensaban imposibles para la presencia de seres vivos. Se les ha llamado en general
extremófilos. Ya comentaba que Levin siempre ha echado mano de todo tipo de ellos para probar si tenía razón (NOTA: esto le honra, y le aleja de los iluminados habituales que se colocan fuera de la ciencia y abrazan las más disparatadas teorías conspiratorias... Levin siempre ha seguido fiel a los principios y métodos científicos. Lo bueno de esta historia es que, afortunadamente, ha sido una controversia que ha seguido -las más de las veces- dentro del plano científico. Por supuesto, claro está, también ha tenido cierta popularidad entre los habituales mistificadores que con la excusa del
misterio aprovechan cualquier controversia para colar a sus marcianos... A esos los dejamos porque realmente nunca han aportado nada, por más que dispongan de programas en radio o televisión, o publiquen sus revistas a todo color). Recomiendo la lectura (en inglés) de un artículo de hace cinco años en
Space.com sobre el tema, en donde se mencionan los extremófilos antárticos
Methanogenium frigidum descubiertos por Rick Cavicchioli, que abrió la puerta al descubrimiento de otras bacterias metanogénicas, anaeróbicas capaces de producir metano para sobrevivir a partir del hidrógeno y dióxido de carbono.
Otra línea de críticos hacia los resultados marcianos hicieron hincapié en otro aspecto importante que, al principio, no fue tenido en cuenta por los científicos de las misiones Viking: los ritmos circadianos de Marte, en concreto su enorme diferencia de temperaturas entre el día y la noche. Joe Miller, reanalizando los datos, encontró que la liberación de gases marcados en el experimento LR seguía, en parte, una cadencia que tenía que ver con esa variación en cada sol (día marciano, media hora más largo que el día terrestre). Aunque la caja de los experimentos permanecía aislada de los cambios de temperatura marcianos, lo cierto es que había una fluctuación de unos dos grados. Según Miller, esa variación era compatible con algún proceso biótico y con algo similar a bacterias metanogénicas.
Pero no son las únicas. Desde hace años, algunos expertos en astrobiología han seguido intentando reproducir los análisis de las Viking con muestras terrestres. Hace mes y medio se publicaba uno de los últimos resultados de esta línea diferente de investigaciones (
The limitations on organic detection in Mars-like soils by thermal volatilization-gas chromatography-MS and their implications for the Viking results, Navarro-González et al,
PNAS, vol. 103, no. 44. Entre los autores está Ricardo Amils, del
Centro de Astrobiología, por cierto). Los autores comprueban que con muestras de suelo rico en hierro -como las jarositas del Río Tinto y el Valle de Panoche, o con palogonitas similares a las marcianas, y en condiciones que ellos han comprobado en lugares como los valles secos antárticos o el desiero de Atacama -Chile-, el experimento de la cromatografía de gases + espectrógrafo de masas no produciría resultados positivos, siendo incapaces de encontrar el material orgánico que sí existe en esas muestras, comprobado por otros métodos. En opinión de los autores, al calentar a la temperatura de trabajo las muestras marcianas, el hierro presente en las mismas era capaz de destruir la capacidad de medida. Con ello se dejaría abiera la posibilidad de que, realmente, la interpretación de Levin y otras por el estilo fuera la correcta.
Y, porque ya me he extendido más allá de lo razonable, llegaremos ahora al principio de esta historia: el trabajo de Schulze-Makuch y Houtkooper (
PDF). En él adoptan otro acercamiento crítico al mismo problema. Según los autores, podría considerarse posible la existencia de vida celular en condiciones radicalmente diferentes a las terrestres, por ejemplo si en vez de agua como principal componente del interior celular se tiene una mezca de agua con agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) al 40%. Si algo así existiera, tendríamos que el desconocido oxidante que produjo los falsos positivos del experimento LR sería esa agua oxigenada de origen biótico. No sólo eso, porque el agua con nutrientes que se incorporaba resultaba ser un completo veneno para esos seres, que morían, lo que permite entender que sólo se produjera resultado positivo al comienzo de las series de experimentos. De ahí, por otro lado, las noticias de que los experimentos habrían así matado esa vida que se pretendía descubrir.
La ventaja de la teoría de Schulze es que la mezcla de agua y peróxido de hidrógeno tiene un punto de congelación muy bajo, y eso permite que a las temperaturas marcianas no se congele. Aunque es un medio muy oxidante, capaz de destruir las macromoléculas de los seres vivos terrestres, pero se sabe que algunos
Lactobacillus y
Streptococcus son capaces de utilizar el agua oxigenada en su interior celular, y emplearlo metabólicamente. Según los autores, no sería del todo imposible pensar en un ser vivo capaz de sobrevenir esos problemas, por lo tanto. La otra ventaja de la hipótesis propuesta es que se podrían reproducir todos los resultados experimentales obtenidos en Marte.
El gran problema es, sin embargo, que todo esto supone una especulación importante, que no resiste fácilmente la aplicación de la navaja de Occam. Pero, para eso, hay que dar tiempo a los expertos a que discutan el artículo presentado y puedan realizar alternativas. Igualmente, queda pendiente ver si en las próximas misiones algunos experimentos podrían considerar el análisis de este tipo de vida, desconocida en la realidad por el momento, que se ha presentado ahora...
Aquí lo dejamos. Por el momento. Espero no haber metido mucho la pata al describir esta controversia tan resumida y sin entrar en los detalles. Lo cierto es que sabiendo todo esto no es extraño que la fascinación de Marte no se limite a los medios de comunicación y a unos cuantos aficionados a la astronomía, y lo interesante es que, detrás de malos titulares y noticias un tanto exageradas o erróneas, sí hay una investigación seria, no exenta de discusión y capacidad de sorpresa.
2007-01-11 19:34 Enlace
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Comentarios
1
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De: Iván |
Fecha: 2007-01-11 20:29 |
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Desde luego que ha resultado interesante, ¿hay algun proyecto en uyn futuro proximo para ir a repetir dichos experimentos pero adaptados?
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2
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De: Anónimo |
Fecha: 2007-01-11 22:52 |
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hincapié (no pié inca)...ejem.
Por lo demás, interesantísimo el post, aunque todos sabemos que los asesinos suelen estar más cerca.
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De: Zifra |
Fecha: 2007-01-11 23:48 |
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¡bravo!
¡como te lo curras! :)
gracias
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De: ElPez |
Fecha: 2007-01-12 01:32 |
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Gracias, Anónimo. Corregido lo de los incas.
De futuras misiones a Marte que sí buscarán vida tenemos varias... afortunadamente, Iván.
La misión de la NASA Phoenix, cuyo lanzamiento está previsto para agosto de 2007 (sí, este mismo año), volverá a hacer experimentos con espectroscopía de masas para buscar vida, e incorpora un completo laboratorio de análisis que tomará muestras del suelo marciano y despejará las incógnitas -esperemos- del oxidante y del efecto del hierro que mencionan las investigaciones de Navarro González. Como va a ir, además, a la zona ártica del planeta, podrá analizar in situ esa región. Y cavará bajo la superficie para buscar si hay agua por debajo...
El diseño previo de la misión de 2009 (Mars Science Lab) tiene también como una de las cuestiones principales de investigación el asunto de si Marte fue un lugar adecuado para el nacimiento de la vida, con un rover que se moverá por amplias zonas del planeta...
Entre los planes de ESA para el decenio 2015-2025 se habla también de volver a Marte con algunos rovers, y de una misión que traería materiales marcianos de vuelta a la Tierra.
Por cierto, eso me recuerda que anuncié en la primera parte de esta historia que iba a hablar de los terribles peligros que algunos ven en esas misiones que traerán piedras y polvo marciano a la Tierra. Se me olvidó ponerlo en esta segunda parte, así que ya anuncio que, cuando tenga un poco de tiempo, habrá un epílogo.
Zifra, maestro, como siempre, gracias :)
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De: Engineer |
Fecha: 2007-01-12 08:20 |
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Nuevamente un post cojonudo, muy currado y muy interesante.
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Yo les escribí. Dije: "En Marte hay vidaaaa"
y no recibí, su contestacióooooon
(C) Luixy Toledo
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Muy interesante, ya había leido algo por el menéame sobre este tema, pero no tan completo...
Sólo he leido la mitad por falta de tiempo pero volverá más tarde a terminar de leerlo.
Apropósito, te añado a mi Blogroll y te dejo un link...
http://neokrisys.blogspot.com/
Un abrazo
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De: Iván |
Fecha: 2007-01-12 16:21 |
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Gracias por la contestacion Pez, en la cuestion de la peligrosidad de traer muestras, no soy un entendido, pero llevando a cabo protocolos de maxima seguridad no deberika existir problema, con cosas mas peligrosas juguetean muchos laboratorios de investigacion, o peor aun, de desarrollo de armamento y todavia (menos mal) no nos han borrado de la faz de la tierra.
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De: ytrio |
Fecha: 2007-01-14 16:25 |
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Genial el artículo, muy bien explicado. Yo vi la noticia en el periódico (aunque no recuerdo en cuál) y me imaginé que debía ser algo parecido a lo que has contado. Pero claro, además has añadido y explicado cuáles fueron las pruebas, y de una manera sencilla y muy comprensible.
Por cierto, gracias por descubrirme esa genial canción de Bowie :D No la conocía.
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