Recomiendo la lectura de la nueva entrada de bitacorARP sobre el tema, con un artículo que he preparado para madri+d a sugerencia del Sr. Magro, responsable de comunicación. Copio, en cualquier caso, el texto:
Homeopatía en la VI Semana de la Ciencia de Madrid: por qué es un enorme error.
Dentro de los muchos actos que acoge la VI Semana de la Ciencia en Madrid, se incluye este año (como ya sucedió también el año pasado), una conferencia de promoción de la homeopatía patrocinada por una empresa que se dedica a la venta de productos homeopáticos, los Laboratorios Boiron. Como el año pasado, la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, ha ejercido su derecho de protesta con una carta a los organizadores de esta Semana, debido a que estamos convencidos de que tal acto no sólo incumple los loables objetivos de la convocatoria general sino que, además de promocionar exactamente lo contrario supone publicitar -y dar carta de "seriedad"- a una terapia que ha sido incapaz en casi dos siglos de existencia, de demostrar adecuadamente sus bondades, por más que haya sido un negocio que, especialmente en los últimos años, haya gozado de creciente popularidad y, en nuestra opinión otro grandísimo error, haya sido acogida acríticamente por ciertos sectores de la profesión médica y farmacéutica, incluyendo sus colegios profesionales.
No es el motivo de este escrito plantear un debate sobre la homeopatía, algo que -comprenderá el lector- requeriría un texto más extenso. Sin embargo, recomiendo la lectura del interesante dossier sobre el tema, preparado para ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico por Sabadell, Sanz y Tellería a instancias del Instituto de Estudios de la Salud del Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat catalana ("¿Es efectiva la homeopatía?"), o el más reciente resumen elaborado para nuestra sociedad por López Borgoñoz, con motivo de una reglamentación que en Cataluña podría incluir pseudoterapias en la sanidad pública ("La falta de eficacia demostrada de la homeopatía") ante la cual hemos realizado alegaciones y promovido un "Manifiesto por una sanidad que proteja nuestra salud sólo mediante terapias de eficacia comprobada". En ellos se puede acceder a numerosas referencias, como las correspondientes a las revisiones de la Colaboración Cochrane, o las últimas publicaciones en revistas de referencia en la ciencia médica como "The Lancet". Por supuesto, los partidarios -y practicantes- de la homeopatía aducen contraargumentaciones abundantes, pero ellas no pueden soslayar el hecho importante de que, en lo referente a una medicina basada en la evidencia, a la demostración terapéutica de la efectividad de las terapias, la homeopatía suspende si nos ajustamos a los criterios científicos exigidos a cualquier otra terapia. Llegado el caso, comprenderíamos que se suscitaran debates públicos entre expertos, y debates para el público general con expertos y divulgadores, sobre la efectividad de la homeopatía, por ejemplo, dentro de los actos de una Semana que pretende acercar al ciudadano los debates de la ciencia, sus avances, los nuevos descubrimientos...
Sin embargo, eso no se ha planteado así, y en dos años consecutivos se ha permitido que una empresa (que obviamente tiene intereses económicos en la popularización de la homeopatía) incluya actos de promoción acrítica de esta práctica que tantas dudas suscita -por hacer de abogados del diablo...-, que conviven con otros cientos de actividades que sí suponen realmente la promoción del conocimiento científico y tecnológico, y que permiten acceder a la importancia que la ciencia y la tecnología tienen realmente en nuestra sociedad. Como expresábamos en nuestro escrito de protesta ante la organización (y que se puede consultar en este enlace), estamos convencidos de que se trata en un gran error, que además resulta muy perjudicial para los fines de estas iniciativas dentro de la propia convocatoria nacional de la Semana de la Ciencia y la Tecnología que coordina la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). En varios grados:
1. Se trata de un acto de promoción de una terapia que, con los datos en la mano, es pseudocientífica: ni en sus basamentos teóricos ni en sus experimentaciones cumple con los criterios de la ciencia. Y no se trata de una afirmación dogmática, sino de la elemental exigencia crítica que hemos de poner a las afirmaciones tan sobrenaturales que pretende la homeopatía. Esto de admitir la promoción de cualquier pseudociencia es un coladero peligroso, por el que se podría convertir una semana de la ciencia en una feria del esoterismo más patético.
2. Se trata de publicidad interesada, o con posibles intereses económicos: nos parece muy bien, y necesario, que el sector de la investigación pública y privada y el sector empresarial relacionado con ciencia y tecnología juegue un papel activo y principal en las actividades de promoción de la ciencia ante el público, como lo es esta VI Semana madrileña. Ello no quiere decir que se deba permitir a nadie que convierta estos actos en mera publicidad institucional o empresarial. Algo que debería ser aplicable a todos y cada uno de los actos de la semana y que, en este del 11 de noviembre, queda patente. Otro coladero que nos parece peligroso: simple y pura publicidad y no información, reflexión y divulgación, que es lo que hace falta.
y 3. Atenta contra un sector clave y fundamental: los temas relacionados con la salud pública han de tomar con especial dedicación y seriedad, por la trascendencia social que tienen. En este sentido, otro peligroso coladero, que se puede convertir en peligro para los ciudadanos. ¿Qué tipo de sanidad y salud pública se debe promover desde una Semana de la Ciencia? Estamos convencidos de que se ha de apostar, en un esfuerzo conjunto de administraciones, investigación e industria, por aquellas terapias efectivas que resuelvan realmente problemas sanitarios, no por modas o tendencias con éxito popular y económico.
Por ello, nos parece necesario que, cuanto antes, se tomen medidas para evitar algo que ni promociona la ciencia ni pretende sensibilizar al público en temas científicos, y a pesar de ello recibe el amparo de las más altas instituciones madrileñas. Es un error corregible en cualquier momento, con una toma de posición pública por parte de los responsables sobre el tema. Es más, creemos muy necesario ese debate y el conocimiento público del mismo. Quiero hacer mención a lo sucedido el pasado mes de septiembre en el Reino Unido, cuando dentro del famoso "festival de la ciencia" que organiza la Asociación Británica por el Avance de la Ciencia (BA) incluyó un acto público en el que se promocionaban pseudociencias: hubo importantes y relevantes protestas por parte de instituciones científicas y el debate llegó a las páginas de los medios de comunicación. (Información sobre este tema en este enlace).
Como sucede ahora con el acto de publicidad homeopática de Boiron, la preocupación de los críticos a que tales barbaridades se incluyan en actos populares de ciencia estriba en el error que supone tal promoción y en la contrapropaganda que supone en una semana cuyo objetivo es "abrir la experiencia científica a la mirada y a la reflexión del ciudadano". No hace falta aclarar que no se trata de acallar ni la libertad de expresión ni libertad de empresa, ni de un ataque de una supuesta ciencia "oficial" contra cualquiera que se mueva fuera de sus dogmas. Es el más fundamental ejercicio del derecho del ciudadano a exigir responsabilidad de las autoridades públicas, también -o especialmente- en los temas que atañen a la ciencia y la tecnología. Quienes amamos la ciencia, todos los que defendemos que sólo el pensamiento crítico nos permite avanzar en el conocimiento y en el progreso, debemos manifestar públicamente que estos errores no se deben cometer nunca.
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