artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)
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2002-03-12
#FFBA9E
Cuando salió lo del turquesa Universo, coloqué el colorcillo como fondo de una de las celdas de la izquierda de esta bitácora, la que contiene los enlaces a "bitácoras sobresalientes". Ahora que han reconsiderado el tema, y nos han pasado al beige Universo, pensé en reconvertir el fondo de esa celda al nuevo, pero finalmente, por proximidad cromática, he optado por modificar el fondo de la zona donde va cada artículo, que pasa a tener este tono levemente salmónido, y por lo tanto adecuado al habitante de la pecera. Porque es rosadete, algo que no se notaba en una fracción más pequeña del color.
Es lo que pasa siempre: recuerdo que cuando me hice con un piso en propiedad, tenía ganas de que el salón tuviera en la pared un estucado un poco al estilo de los mármoles italianos. Elegí un color que en la plantilla era rojizo, tirando a terroso. El pintor me miró como suelen mirar los profesionales cuando el cliente les pide algo que ellos consideran simplemente descabellado o idiota. Pero, al fin y al cabo yo era el pagano, procedió a usar mi elección. El resultado, puesto en las paredes de la sala, convirtió el salón en una sala con un rosa intenso, violento, que casi me mata del susto cuando llegué y lo vide por vez primera.
(He de confesar que para evitar tentaciones, y desdiciéndome de aquello de que el ojo del amo engorda el caballo, desaparecí del país durante las instalaciones básicas del piso: les dejé solos al pintor, al carpintero, al que me puso la cocina... prefería patearme Ecuador y Perú mientras ellos decidían por mí. Así me podría quejar posteriormente con más ecuanimidad. Lo cierto es que el piso sobrevivió y yo... volví encantado de aquel viaje)
Por terminar con la historia, lo cierto es que poco a poco me acostumbré a ese color de las paredes, que consiguió cierto tipo de integración con la madera clara de las estanterías, el tapizado dorado del tresillo más chaiselongue, el parqué de roble. Ahora no concebiría el lugar de otra manera.
Quizá me pase lo mismo con el fondo de página que ahora inauguro.
(Evidentemente, el título de este artículo se corresponde con el código RGB del colorcito en hexadecimal)
2002-03-12
)
#FFBA9E
2002-03-12
Cuando salió lo del turquesa Universo, coloqué el colorcillo como fondo de una de las celdas de la izquierda de esta bitácora, la que contiene los enlaces a "bitácoras sobresalientes". Ahora que han reconsiderado el tema, y nos han pasado al beige Universo, pensé en reconvertir el fondo de esa celda al nuevo, pero finalmente, por proximidad cromática, he optado por modificar el fondo de la zona donde va cada artículo, que pasa a tener este tono levemente salmónido, y por lo tanto adecuado al habitante de la pecera. Porque es rosadete, algo que no se notaba en una fracción más pequeña del color.
Es lo que pasa siempre: recuerdo que cuando me hice con un piso en propiedad, tenía ganas de que el salón tuviera en la pared un estucado un poco al estilo de los mármoles italianos. Elegí un color que en la plantilla era rojizo, tirando a terroso. El pintor me miró como suelen mirar los profesionales cuando el cliente les pide algo que ellos consideran simplemente descabellado o idiota. Pero, al fin y al cabo yo era el pagano, procedió a usar mi elección. El resultado, puesto en las paredes de la sala, convirtió el salón en una sala con un rosa intenso, violento, que casi me mata del susto cuando llegué y lo vide por vez primera.
(He de confesar que para evitar tentaciones, y desdiciéndome de aquello de que el ojo del amo engorda el caballo, desaparecí del país durante las instalaciones básicas del piso: les dejé solos al pintor, al carpintero, al que me puso la cocina... prefería patearme Ecuador y Perú mientras ellos decidían por mí. Así me podría quejar posteriormente con más ecuanimidad. Lo cierto es que el piso sobrevivió y yo... volví encantado de aquel viaje)
Por terminar con la historia, lo cierto es que poco a poco me acostumbré a ese color de las paredes, que consiguió cierto tipo de integración con la madera clara de las estanterías, el tapizado dorado del tresillo más chaiselongue, el parqué de roble. Ahora no concebiría el lugar de otra manera.
Quizá me pase lo mismo con el fondo de página que ahora inauguro.
(Evidentemente, el título de este artículo se corresponde con el código RGB del colorcito en hexadecimal)
2002-03-12 10:50 Enlace
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