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Historias > El siempre mar
2002-11-18
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(publicado el lunes 18 de noviembre de 2002 en Diario de Noticias)
Escribo estas notas desde la orilla que mira al Atlántico en A Coruña. Las olas de un mar furibundo se nos vienen encima lanzando espumarajos marrones de alga pulverizada sobre los muros del Aquarium Finisterrae. Un barco maniobra como puede mientras sube recorriendo esas ondas llenas de agua marina, y uno no puede dejar de pensar en el Prestige que unas sesenta millas al Noroeste está partiéndose irremediablemente y comenzando a soltar su contenido de fuel. Antes tuve la oportunidad única de poder bucear con las rayas, las musolas y las lubinas y jugar con el pomposo Baldo-Mero del Nautilus, una piscina de más de cinco millones de litros de agua en la que los peces pueden vernos a los humanos encerrados en vidrio. Es una sensación curiosa: conocía ese mirador de un hipotético Capitán Nemo que decidió pasar sus últimos días en Galicia, que te presenta un fondo marino en el que la vida rebosa, un fondo marino no de mares lejanos, sino de estas mismas costas . Pero lo conocía desde el lado de los que vivimos fuera del agua. Ahora lo he vivido desde el lado del mar, viendo a través de los cristales a los visitantes, que son realmente el objeto de exposición.
Aterra pensar que todas estas sensaciones que estoy viviendo están amenazadas por el fuel que en cualquier momento puede comenzar a llegar a estas costas: este acuario vive del agua del mar y cuando hay un desastre ecológico muere como muere la costa. No hay protecciones: es la vida sin red. Como ecosistema a escala de toda esta Costa da Morte, este acuario en peligro no es sino una de tantas cosas que, ahora, por razones demasiado humanas, están en peligro. A Coruña ha sobrevivido antes a dos catástrofes ecológicas, ahora se enfrenta posiblemente a la tercera. Más mortal posiblemente. La vida de muchas gentes tiene ahora otra amenaza, la de quienes viven de un mar que siempre ha sido inmisericorde, incluso cuando lo contemplas desde la seguridad del hormigón de un edificio anclado en la costa.
El siempre mar que ya estaba y era del soneto de Borges nos impone una vez más su ley.
Enlace: Aquarium Finisterrae
2002-11-18 12:28 Enlace
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Comentarios
1
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De: El Pez |
Fecha: 2002-11-18 16:27 |
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El soneto al que me refiero en el texto:
El Mar
(Jorge Luis Borges)
Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.
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2
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De: Vendell |
Fecha: 2002-11-19 11:24 |
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Que bonitos el mar y el soneto. Por una vez parece que la metáfora se confunde con la prueba y el torrente de palabras con un manantial de verdades capitales. Jódete, Valery.
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