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la boca
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2004-07-25
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Día Del Apostol
2004-07-25

Imaginemos: un 18 de julio se convoca un acto para celebrar el Alzamiento Nacional (aquello del 36, alguno lo recordará...). Y al acto van el Rey y el Presidente del Gobierno, a la sazón del Partido Socialista Obrero Español. Y ahí aguantan las filípicas que alguna momia fascista les larga sobre el rojerío, la decadencia de Occidente, y demás. Y oyen cómo se les llama a la atención a los políticos por su libertinaje y su mal entendida democracia (ay, aquella única vertical y orgánica, la buena... recordará el falangista).

¡Qué barbaridad! diría cualquiera.

Pues bien, salvando las distancias (por cierto, muy pocas), eso mismo ha sucedido no el 18 de julio, sino hoy 25 del mismo mes. No se conmemoraba un Alzamiento, sino la festividad de Santiago. El lugar, la catedral de la ciudad. El mitinero, arzobispo de la plaza, Julián Barrio. Cuenta El Mundo que Barrio aseguró en la homilia que

el matrimonio es "esencialmente heterosexual y base ineludible de la familia, cuya quiebra supone la quiebra de la sociedad haciéndola vulnerable a intereses que nada tienen que ver con el bien común".

En la ceremonia que monseñor Barrio presidió en la catedral compostelana, con la presencia de los Reyes y del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el arzobispo puso de manifiesto la tentación de pensar que se protegen plenamente los derechos del hombre "sólo cuando nos vemos libres de toda norma de ley divina".

Así, añadió que cuando se piensa así, "los derechos se ven reducidos a simples exigencias personales y a falsas formas secularizadas de humanismo que siembran confusión y debilidad moral distorsionando el plan de Dios sobre el amor y la fidelidad, sobre el respeto a la vida en todas sus etapas naturales, sobre la vivencia del tesoro de la afectividad y sobre el matrimonio, esencialmente heterosexual".

(...) "el hombre no puede sobrevivir sin la verdad y la fuerza del cristianismo es su verdad interna". "Esta -dijo Julián Barrio- es la esperanza segura del cristianismo, su desafío y su exigencia cuando el laicismo se presenta como dogma público fundamental y la fe es simplemente tolerada como opinión privada, aunque de este modo no es tolerada en su verdadera esencia".

En este contexto, el arzobispo de Santiago añadió que la doctrina social de la Iglesia "considera que el sistema democrático funciona únicamente en una conciencia rectamente formada y ésta enmudece -precisó- si no está orientada conforme a los valores éticos y morales fundamentales de la dignidad de la persona que pueden ponerse en práctica incluso sin explícita profesión del cristianismo".

Julián Barrio aseguró que la laicidad "en su versión extrema se ha convertido en laicismo con la pretensión de marginar del espacio social la dimensión religiosa". A su juicio, "todo intento de reducir la laicidad a un espacio único no es más que una quimera irreal y contradictoria".

Monseñor Barrio añadió que la comunidad política y la Iglesia son entre sí "independientes y autónomas en su propio campo, aunque están al servicio de la vocación personal y social de los mismos hombres a través de una sana cooperación entre ambas".

En este punto, el arzobispo de Santiago subrayó que la Iglesia "puede siempre y en todo lugar predicar la fe con verdadera libertad y emitir un juicio moral también sobre las cosas que afectan al orden político cuando lo exigen los derechos fundamentales de las personas o la salvación de las almas".

Por otro lado, monseñor Barrio apuntó que la festividad del Patrón de España es una "llamada a fortalecer la convivencia armónica y a enriquecer la unidad con la pluralidad que no es propia". "No es posible entender y servir de verdad a España -añadió- sin tener en cuenta las raíces cristianas, clave para interpretar la riqueza cultural de nuestra historia, más allá de toda confrontación deshumanizadora".


Uno se pregunta, claro, por qué la autoridades no se fueron inmediatamente al oirle soltar esas arengas contra la constitución y el estado de derecho (lo mejor que podían haber hecho era, claro, no asistir a un acto de ese tipo...). Pero, claro, uno siempre se hace ese tipo de preguntas.

Pues eso. Como ya hemos dicho por aquí: ni un católico es de fiar actualmente. Apostasía, señoras y señores... no les dejen hacer de las suyas.

2004-07-25 01:00 Enlace

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