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la boca
artículos, escritos y demás piezas perfectamente obviables perpetradas por Javier Armentia (@javierarmentia por algunas redes)

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Inicio > Historias > El Mundo Es Un Pañuelo
2003-08-08
)

El Mundo Es Un Pañuelo
2003-08-08

En la revista Science de hoy aparece un artículo sobre las redes sociales y los correos electrónicos, del que la avanzadilla comenta (copio en inglés):

Six Emails of Separation:
The "small world" hypothesis, in which six social ties connect most every human, seems to hold true for email as well, according to a new study. In order to probe this poorly understood concept experimentally, Peter Sheridan Dodds and colleagues turned to the Internet. They asked volunteers to help relay a message to one of 18 target persons from 13 countries. The volunteers were supposed to pass a message on to a social acquaintance whom they considered "closer" to the target than themselves. The researchers then tracked the communication involving 61,168 individuals, from 166 countries, and 24,163 distinct message chains. The results indicated that social searches can reach their targets in a median of five to seven steps, depending on the separation between the source and target. The participants' motivation also appeared to be a major factor in whether search chains were completed. A related Perspective considers other types of social searches, including how people find jobs, spread disease, and search for criminals.

"An Experimental Study of Search in Global Social Networks," by P. S. Dodds, R. Muhamad and D. J. Watts at Columbia University in New York, NY.


Para acceder al artículo completo, lo siento chicos, hay que estar suscrito a la revista (y os adelanto que merece la pena). Hay una versión accesible de la noticia en Science for Kids, lo que es todo un detalle -este mundo de la Red es joven y los más jóvenes entenderán mucho mejor que los mayores estos conceptos del "mundo pequeño" o de los "seis grados de separación".

Posiblemente lo interesante del asunto es que la Red empieza a tener una dimensión y penetración suficiente como para funcionar como funcionan las relaciones humanas, donde ya se había estudiado el asunto. Recupero de la memoria (pasada por el CDRom) un artículo que publiqué en El Correo, en el suplemento cultural Territorios el 20 de septiembre del año 2000 -¡leches! en el siglo pasado...- sobre estos temas.

EL MUNDO ES UN PAÑUELO
Javier Armentia


Globalización, interconexión, redes... términos que comienzan a definir un mundo habitado por más de 6.000 millones de humanos. ¿Pero estamos realmente tan cerca unos de otros? En los años 50 el sociólogo Ithiel de Sola Pool planteó la llamada hipótesis de los seis grados de separación: entre dos habitantes de este planeta podemos establecer una cadena de personas que se conozcan, de manera que los podemos ligar. Curiosamente, esa cadena no tiene más de 6 eslabones. Una especie de parentesco planetario que no deja de sorprendernos.

¿A cuántas personas conocemos, de manera directa? (Se suele usar la alegoría de decir que les hayamos dado la mano). Este conjunto, que va aumentando conforme vivimos, puede incluir fácilmente más de 500 personas. Son nuestros conocidos en primer grado. Cada uno de ellos conocerá a otros tantos, que serían en cierto modo, conocidos nuestros en segundo grado. Obviamente, algunos de ellos serán también conocidos nuestros en primer grado. Podemos ir prolongando la telaraña: conocidos en tercer grado, en cuarto... A pesar de que somos tantos los habitantes de la Tierra, lo cierto es que para cuando llegamos al sexto grado de separación, no nos queda nadie por conocer.

El tipo de red que se establece de esta manera tiene numerosos enlaces cercanos (gente con la que solemos estar casi día a día: familiares, vecinos, compañeros de trabajo...) y algunos, menos, enlaces de larga distancia (aquel amigo que se fue a trabajar a EEUU, un familiar en Australia, la pareja alemana que hemos conocido este agosto en la playa...). También hay personas que ejercen de nodos que permiten los saltos lejanos: por ejemplo, políticos que se mueven en esferas internacionales. Si uno tiene un conocido de un conocido que le dio la mano a Aznar, podemos, en cuatro grado, saltar a EEUU a través de Clinton, o a Cuba con Fidel Castro.

Dentro de las teorías de los sistemas de comunicación, estas redes son utilizadas para estudiar muchos tipos de problemas. Por ejemplo, ¿cómo conseguir el número de teléfono de alguien? ¿cómo hacerle llegar un correo electrónico a otra persona, o visitar su página web? Algunas redes disponen de sistemas que facilitan este proceso (las guías telefónicas en el primer caso, los buscadores en Internet). Cuando pasamos el problema a personas sin embargo, la cosa parece más complicada: ¿cómo hacerle llegar un mensaje a ese esquimal que está a “sólo” seis grados de separación de nosotros, pasando siempre por conocidos mutuos?

Investigaciones recientes, como las realizadas por el experto en computación de la Universidad de Cornell Jon Kleinberg (publicadas recientemente en la revista Nature), dan alguna luz: aunque seamos incapaces de tener el mapa de conexiones completo, la red consigue hacer esa localización. “Es un fenómeno colectivo. Colectivamente, la red sabe cómo encontrar a esa persona aunque ninguna persona sepa cómo”. Lo que funcionan son las llamadas pistas estructurales: cada uno de nosotros se puede imaginar más o menos a qué amigo ha de llamar para que le oriente, o le acerque un poco al destino. Teóricamente se puede medir la eficiencia de la red analizando cómo se distribuyen las conexiones. Cuanto más uniforme es el entramado, es decir, con personas que más o menos conocieran al mismo número de personas cercanas y lejanas, más fácilmente se llegaría a cubrir todo el mundo.

Los modelos de Kleinberg, aplicados a la informática, proporcionan mecanismos prácticos para optimizar las conexiones dentro de Internet. Se calcula que actualmente, los grados de separación entre páginas web son de 16 a 20: el número de clicks que deberíamos dar con nuestro ratón para saltar desde una página a cualquier otra de la red mundial. El número es sensiblemente mayor que en el caso humano porque las páginas no tienen tantas conexiones como conocidos las personas.

Sabemos que en los grupos humanos esto no sucede así. Y que hay factores socioeconómicos que relegan a muchas personas a círculos más estrechos, incluso casi completamente cerrados, de interconexiones. Aquí también, hay un primer y un tercer mundo. Por ejemplo, la hipótesis de De Sola no funciona con grupos completamente aislados. Se cree que en las selvas amazónicas existen todavía tribus no encontradas, que al no tener contacto con el exterior, quedan fuera de esta red de navegación mundial. Son muy pocos, en cualquier caso, los desconectados, unos cientos de personas solamente.

LA TELARAÑA MUNDIAL.
Conceptos que hablan de lo pequeño que es el mundo, sociología o teoría de la comunicación, también establecen sus redes de araña: los seis grados de separación dieron lugar a una obra de teatro de John Guare que terminó en película de Fred Schepisi (1993), protagonizada por Stockard Channing, Donald Sutherland y Will Smith. Y recientemente se ha puesto de moda un juego llamado “los seis grados de Kevin Bacon”, donde se tienen que establecer conexiones entre autores usando el criterio de que los saltos se hacen a través de actores que han estado juntos en una película.

Pero la aplicación más inmediata nos lleva a Internet, y al problema de conectar a las personas que usan la red, teniendo en cuenta la propia estructura aleatoria de la misma, su forma anárquica de crecimiento y de establecer nodos. Las tecnologías de portales (lugares donde nos proporcionan un menú de posibles conexiones) se muestran insuficientes, porque siempre incorporan el sesgo de lo que le interesa al propietario del portal. Por otro lado, los buscadores dan demasiada información, y podemos pasar horas antes de encontrar lo que queremos realmente. Los internautas suspiran por “algo” que esté entre medias. Quizá robots de búsqueda que actúen como los humanos: relacionándose.

(fin del artículo)

No cabe duda de que hay cosas en el texto que he puesto que han quedado obsoletas. En concreto, el hecho de que en el mundo "conectado" los grados de separación son ya similares a los de las redes sociales clásicas (las de "dar la mano"). Tampoco me cabe duda de que este tema va a dar que hablar, especialmente en el mundo de las bitácoras, esa blogosfera que tan hábilmente reproduce -poco a poco, pero de manera imparable- el mundo real. Es un decir...

Queda como siempre, el asunto de los que no están conectados... llámesele "infoexclusión" o como se quiera. Otro gran tema... ¿no?

2003-08-08 14:09 Enlace

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Comentarios

1
De: The Horror Fecha: 2003-08-08 18:55

La teoria de los 'six degrees of separation' se puso en practica en internet con un club virtual llamado, precisamente http://www.sixdegrees.com. Era una web gratuita pero altamente profesional y muy efectiva de la que fui parte hace anios. Cerro (lamentablemente) hacia el 2001. Pero quiza puedas encontrar en la web alguna referencia y los resultados, quien sabe..
http://solongandthanks.blogspot.com



2
De: Martin Pawley Fecha: 2003-08-10 23:54

El Oráculo de Kevin Bacon es un ejercicio divertidísimo para cualquier cinéfilo. Yo no he sido capaz de encontrar a nadie con un número Bacon superior al cuatro, ni siquiera yéndome a los orígenes del cine o a las pelis de Satyajit Ray.

Por cierto, Six degrees of separation es una película francamente buena.



3
De: Martin Pawley Fecha: 2003-08-11 00:13

Bueno, el cine chino nos permite alcanzar buenos números Bacon. Por ejemplo, Wei Minzhi, la niña protagonista de esa joyita llamada "Ni uno menos", de Zhang Yimou, está a seis grados de separación de Kevin Panceta...



4
De: JJ Fecha: 2003-08-11 17:16

Lo de sixdegrees fue una filfa, por eso fracaso. Pero el articulo es muy interesante.
Lo que ocurre es que los "mundos pequeños" no lo son tanto; los hay casi en cada red que se precie; la mayor parte de las redes "naturales" son mundos pequeños (si excluimos redes regulares, tipo minerales y cosas asi).



5
De: ElPez Fecha: 2003-08-11 19:00

Recomiendo la lectura del artículo de Luis Alfonso Gámez en El Correo el pasado viernes, que reproduce en su bitácora Sinapsis.



6
De: rvr Fecha: 2003-08-11 20:09

En España, hay un grupo de la Universidad de Rovira que hizo un estudio de relaciones en la propia universidad utilizando el correo-e. Al parecer, la estructura "electrónica" no eran tan jerárquica como sería de esperar viendo el diagrama organizativo. (Por cierto, que en el Investigación y Ciencia del mes pasado hay un artículo sobre "Redes sin escala", de Albert Lázló y Eric Bonabeau).

Recuerdo que hace unas semanas también salió un estudio de investigadores americanos sobre la evolución de las cartas en cadena... pero no recuerdo dónde lo vi.



7
De: Luis Alfonso Fecha: 2003-08-12 10:44

Vaya rabia la de haber coincidido en el título, que es culpa mía. Resulta que jamás leí este texto de Javier, porque cuando fue publicado estaba de viaje y -aquí viene lo más gordo- tenía el título elegido dese que hace año y medio o así se puso en marcha el proyecto Small World.

Además, me dejé muchas cosas en las que JAvier hace hincapié de forma muy interesante, como la inoexclusión, algo que, queramos o no, ya se da. Y la ampliación del círculo de conocidos a partir de los de primer grado.

Ciertamente, lo de los seis grados da para cosas curiosas. Un compañero del curro, yugoslavo él, me desafíó a que le conectara con Bush: sólo hicieron falta dos intermediarios y, además, tenía varios caminos posibles.



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